lunes, 28 de septiembre de 2009

Blut und Tod


Es en esta tarde que arrepentido me siento, causa no falta pues le he dado la espalda a aquel que juré acompañar por siempre, estar con él en su camino hasta después de la vida misma y no he sido más que hipócrita, hipócrita conmigo y con él, mi mejor amigo, mi alma, mi "adjunto".

La belleza que él me había dado la desperdicié y no hago más que lastimarme, le dije alguna vez que seríamos camaradas por siempre y separado me encuentro de él por la razón más estúpida. Hemos compartido lágrimas mi "adjunto" y yo... ¿qué adjunto? No es nada menos que mi hermano, mi sangre y mi misma patria. Le debo mi lealtad y como proscritos estuvimos un tiempo.

Me entristece ver que le he fallado. Me lastima ver que le he traicionado y manipulado a mi antojo. ¿Podría yo llamarme su amigo después de tal despojo? Él me dijo alguna vez "No merezco nada" y enrabiado me levanté, "no te atrevas a decir eso" le grité, y le juré que mi amistad le haría ver que él merecía mucho, mucho más de lo que yo le ofrecía... y aun así, humilde me dijo "Gracias hermano, no acostumbro llorar, tan sólo una lágrima hoy, quizá" y de mi alma salió "Una lágrima sola basta".

Quizá fue mi soberbia, no, quizá no, seguro lo fue, yo te alejé a patadas, te hice parecer que te odiaba, incluso hablé mal de ti y ¿por qué?, por una persona que a pesar de llamarle también mi amiga yo no conocía tanto. Dije amarla pero no tanto como para lastimarte. "¿Qué me sucede?" me preguntaba, pero te miraba y me llegaba la rabia, ahora no puedo ni mirarte, de estampa ya no tengo nada.

Se apagó mi rabia y la vergüenza me invade, es que recuerdo cuando comía todos los días contigo, jaja, ¡vaya que días aquellos!, recuerdo también cuando tu hermana no caminaba, y cuando empezó a hacerlo... te llevaba coca-cola ¿recuerdas? , los juegos, las parrilladas y las fiestas, un mundo de niños. Pero... ahora siendo hombres no hecho más que faltarte, de ir contigo mi hermano, hablar frente a frente pues tantos años de confianza no pueden destruirse por una pequeña tentación.

Regreso humildemente ante ti mi amigo, te expongo mis pecados, bajo la mirada y cual perro pongo la cabeza gacha, "No merezco tu perdón amigo, adjunto... hermano. Es que la lágrima se me ha salido..." Él, solemne me dice "No te atrevas a decir eso nuevamente, que tu lo mereces todo, y mi amistad es prueba de ello".


Es a ti a quien dedico este escrito, una conversación, una platica que recordé, una lealtad que olvidé, te quiero, te estimo, te amo hermano mío... quiero estar bien contigo.

Blut und Tod