
Sola... El cuarto es grande, lo suficiente para que una se sienta cómoda. Espero paciente a platicar con mi ángel. Si, un ángel me escucha todas las noches y yo a él. Me cuenta de las maravillas que hay en el cielo y yo le cuento de las cosas terrenales.
Él me dice cómo amaría estar en mi lugar y besar a mi padre en la mañana, a mi madre o a mis amigos, decirle a la gente a mi alrededor que las ama, que comería todos los frutos y todas las carnes. Amaría las caricias del viento sobre su rostro y el sentimiento del agua en sus manos al lavarse. Luego me cuenta del amor de Dios y la belleza del mismo, no importa cuántas veces lo repita... yo no le entiendo, quizá es porque soy humana. Me intenta explicar cada noche pero termina diciendo "No puedo mostrarte el verdadero amor aún...".
Una noche, a la luz de una luna llena y hermosa estaba yo asomada a la ventana esperando a ver si mi amigo celestial llegaba... Pero jamás apareció.
El día siguiente a esa noche fue terrible, mi padre no amaneció y tuvimos que ir a cremar su cuerpo. Todos de negro miraban el cofre que almacenaba sus restos y lloraban o sollozaban ante o sobre el mismo. Me salí de aquel lugar sin querer sufrir más y fue cuando sentí unas cálidas... y a la vez heladas manos sobre mis hombros.
"El amor de Dios es éste mi ángel..." Me dijo de manera amigable pero triste. Le pregunté que a qué se refería, que cómo podría ser esto amor... Y me respondió "Dios ofrece su reino a quiénes más ama... Pero sólo el que lo acepta lo entiende"
Furiosa por los acertijos de mi ángel me volteé y le exigí una explicación, grité y desahogué mis pesares en su ser, simplemente hermoso, de belleza inconcebible o indescriptible para el hombre pero una tristeza de la misma naturaleza en sus ojos.
Le grité que cómo se atrevía a desaparecer la noche en la que más necesité su presencia, que por qué aparecía hasta estos momentos de soledad y dolor... Y luego en mi enojo lo lastimé, preguntando si disfrutaba esto, si le gustaba vernos a lo humanos sufrir, algo que él nunca podría hacer, gracias al "maravilloso" amor de Dios. Me miró y le di la espalda, desde atrás sentí su mirada y lo siguiente que sentí fueron unos brazos a mi alrededor y una voz en mi mente diciendo "Yo sufro por no poder compartir mi amor".
Volteé y le vi de frente a los ojos, se acercó y me besó, primero con duda y sorpresa pensé en quitarme, pero un sentimiento de calor acogió mi cuerpo y sólo pude cerrar los ojos. Al momento de quitarse él se subió al balcón del velatorio y me dijo "Perdón de no estar anoche, fui a pedir mi renuncia para poder estar en la tierra contigo, a cambio me dieron la vida por una vida, no esperé que fuera la de tu padre, así que dejaré ahora esta vida que no me pertenece..."
Tomó un pasó al frente y desapareció de mi vista. Nunca más volví a ver a mi ángel y ese día entendí lo que era el amor...
¿Qué es el amor, Ocioso?
ResponderEliminarSaludos!
Me temo que el personaje lo sabe... yo no, soy demasiado joven
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