viernes, 27 de marzo de 2009

Entierro


Me voy a dormir con dudas, con miedo a quedar enterrado...

Lo primero que veo es un fondo negro... ¿Le puedo llamar fondo?, no veo si hay un fondo. Un techo, sí, es un techo lo que no puedo ver, sé que miro hacia arriba, acostado, ¿en qué? Un colchón, debe ser eso, el sentimiento es familiar.

Observo el frente de lo que yo, aunque no pudiera ver, consideraba una cama, es lo mismo, no veo más allá de mi nariz, no quiero estirar los brazos por miedo a encontrar algo, no se que tan lejos esté el piso y no quiero averiguarlo...

No escucho nada, no veo nada y no quiero saber nada, mis sentidos me son inútiles, no sé dónde estoy, dónde debería estar o con quién. Si pienso demasiado me va a dar dolor de cabeza. No he comido nada, esa es la razón, mi dolor físico es nulo hasta el momento pero no eh querido moverme para no saberlo. Mi dolor espirituaal es muy grave, ¿a quién lastimé?, ¿qué hice para que alguien me trajera aquí? 

No recuerdo enemigos, no visualizo objetivos, ni a quién, ni a qué.

No he movido mis brazos, no he sentido mis piernas, no veo nada todavía, quizá en la mañana descubra dónde estoy. Me dispongo a esperar, no tengo nada que perder, quizá haya una ventana que no puedo ver por la oscuridad de la luna nueva que se presentaba esta noche. 

¡Si!, hay una explicación para todo, no puede haber sucedido eso que estoy pensando, jaja, ¿quién lo diría? el gran von Constantine Zimmer casi llega al punto de la locura, debo levantarme y acabar este mal sueño. 

Me decido levantar y me encuentro con un techo a 10 cm de mi cara, expando los brazos y hay pared a otros 10 cm... No puedo creerlo, mi respiración, ¿qué sucede?, ¿acaso es cierto?, encajonado, enterrado, sigo en vida, vida en vida, no he muerto, de ningún modo he muerto, lo sé, ¿qué hacen, por qué estoy aquí?

Grito, pataleo, golpeo... no hay respuesta. Al cabo de un rato pierdo las esperanzas de pelear, dejo de gritar y golpear, silencio, sólo hay eso. Pasó lo que yo diría fue un día completo, mas mi reloj apuntaba un minuto, dos minutos, tres... no lo soporto, se debería enterrar a la gente con una pistola para aquellos que despierten, no puedo creerlo, morir así, solo, en silencio, sin hogar, sin nadie que piense en ti.

Escucho algo sobre mí, un leve sonido a lo lejos, una voz, tan hermosa voz... Debe ser un ángel, una criatura enviada por Dios mismo para que me recoja, es voz de una dama, pero, hay algo que no concuerda, llora, mi ángel llora, no debería llorar y no sé qué está sucediendo, me preocupa estar así, desconociendo todo lo que sucede a mi alrededor y sintiéndome impotente.

Tal vez pueda animar a mi ángel mostrando mi felicidad de que venga por mi. Grito, golpeo, me emociono y muestro el gran pulmón que entrené por años para que aquél que me busca por muerto vea que estoy feliz de verle. Escucho mas cerca su voz, pero ya no son llantos, son preguntas, cada vez mas fuertes hasta hacerce gritos de desesperación y angustia.

Empiezo a escuchar golpes en mi ataúd, le están quebrando, me están liberando por fin, lloro ante la emoción de que me voy a ir con mi ángel a visitar la casa del Señor, no merezco esta vida, lastimé a los que creí amar y me han condenado, merecidamente, a esta pena tan terrible.

Veo el primer rayo de luz y cierro mis ojos, escucho su voz, siento su piel... ¿Piel? Mi ángel tiene piel, mis grandes pesares que me encierran bajo la tierra de mis pecados fueron abiertos por un mortal, pero quisiera saber qué mortal ha hecho esto.

Abro los ojos y descubro aquella persona que adoro, aquella que me apoya sin pensar y que me quiere sin chistar, la luz de mi vida que sin amarme me hace feliz.
Ya recuerdo donde estoy, la prisión de mi mente es mi final, pero me encuentro a salvo ahora, me siento estimado y veo que tengo a dónde volver, esa voz piensa en mi y donde piensan en ti es tu hogar, no importa donde estés, esos sentimientos y pensamientos te van a llegar y recordarás quién eres y por qué sigues adelante. No ha sido pesadilla, ha sido recordatorio, un recordatorio para nunca mas olvidar lo que siento, para no intentar reprimirlo.

Me ha salvado aquella que amo, me ha sacado de mi maldición interna, de mi tortura eterna que llevo en el alma, me habla y me abraza, me dice que fue una pesadilla pero sé que miente, ella sabe que el enterrarme vivo en mi mente no es una pesadilla sino un flagelo al no conocer lo que sientes y un recordatorio que te inspira a seguir, a enfretarte a ti mismo.

Ya no dudaré a irme a dormir, ya no tengo miedo, tengo un sueño y lo voy a cumplir.

Gracias Ama, quisiera dedicarte este pasaje, que, aunque confuso se que será de tu agrado.
Te quiero, no lo olvides, no enfrentes sola toda la vida, es muy pesada y necestias ayuda.

jueves, 26 de marzo de 2009

Snuff - Slipknot

Bury all your secrets in my skin
Come away with innocence
And leave me with my sins
The air around me still feels like a cage
And love is just a camouflage
For what resembles rage again

So if you love me let me go
And run away before I know
My heart is just too dark to care
I cant destroy what isn't there
Deliver me into my fate
If I'm alone I cannot hate
I don't deserve to have you
My smile was taken long ago
If I can change I hope I never know

I still press your letters to my lips
And cherish them in parts of me that savor every kiss
I couldn't face a life without your light
But all of that was ripped apart...
When you refused to fight

So save your breath I will not hear
I think I made it very clear
You couldn't hate enough to love
Is that supposed to be enough?
I only wish you weren't my friend
Then I could hurt you in the end
I never claimed to be a Saint
My own was banished long ago
It took the death of hope to let you go

So break yourself against my stones
And spit your pity in my soul
You never needed any help
You sold me out to save yourself
And I wont listen to your shame
You ran away you're all the same
Angels lie to keep control
My love was punished long ago
If you still care, don't ever let me know

If you still care, don't ever let me know...

viernes, 13 de marzo de 2009

Paseo a la vida


Por fin me encuentro solo, donde pertenezco, voy cómodo en mi carroza y mis mejores ropas, sentado, observando las calles de tan hermosa ciudad.

El camino es largo, voy a Notre Dame, a la plaza principal, me dirijo con gusto, paciencia y una cierta displicencia. Miro por la ventana, hay niños jugando en las calles, al ver la carreta dejan su pelota y comienzan a seguirme, gritar y jugar, corriendo detrás del carro, mucho ruido, quisiera que se callaran, por suerte su madre los interceptó. Recuerdo aquella panadería, yo robé unos cuantos panes de ahí cuando sólo tenía 8 años, tremenda golpiza que me proporcionó el panadero, pero aun así me quedé con una "baguette", una sonrisa y un trabajo bien realizado. Estoy sonriendo mientras recuerdo aquellos tiempos.

Pasamos un bache y casi me golpeo contra el techo, le grito al cochero pero recuerdo que es sordo, o eso parece... Vuelvo a mirar por la ventana, es la calle "Mardeux", había una perfumería si recuerdo bien, un regalo para mi esposa, un lindo perfume que le mandé comprar ahí con la fortuna heredada de mi tío. Aquel juez de la corte republicana que Robespierre y Danton crearon, y a manos de la misma murieron. A veces la vida es muy irónica, uno pelea por sus ideales, por la justicia, e implanta un sistema incorruptible y años después muere a manos del mismo, de una manera injusta, a razón de calumnias.

He divagado tanto que he perdido la noción del tiempo, ya veo la catedral a lo lejos, se ve tan hermosa, el sol poniéndose entre el magnífico arco invertido que compone el techo de aquella maravilla arquitectónica. Veo las gárgolas, o al menos las imagino, mirándome, riéndose confiadas de su inmortalidad y frialdad. Alguna vez subí al campanario de aquel edificio y nombré a la campana mas grande en mi honor, "Pierre", era la más hermosa de todas, la más magnífica y sonora. Yo jugaba a gritar dentro de ella mientras me tapaba las orejas y observaba a todas las palomas salir volando. Deseando poder seguirlas, como Ícaro y su padre, que lograron lo que ningún otro ser humano antes, ni ahora, volar...

¡Vaya!, no me había dado cuenta, ya estoy en la plaza principal, el obispo está esperándome, la multitud aclama, me avientan flores y algunos ríen, cuando salgo del carruaje toda la gente me mira, sonrío y me guían hasta la plataforma que fue preparada para mí. Subo y me ofrecen la palabra, no sé que decirles, tantas caras, sonrisas, lágrimas, veo todo. Invade al lugar un silencio sepulcral, todos callados, observan y esperan al más mínimo sonido que emita. Escuchan. Los miro a todos y proclamo el lema de los derechos humanos, derechos que me fueron revocados, derechos que me están privando, de los cuales escribí y aclamé, lo que provocó que ellos me trajeran hoy a esta plaza.

Ya estoy hincado, movieron mi cabello, el cuello debe estar libre de estorbos, escucho que la palanca baja, la navaja cae y percibo una última cosa, una frase del público, "Feliz viaje, no olvides escribir"

Gratitud


Es sólo un sentimiento, no lo llamaría factor, una condición, no un estado, es este sentimiento que me lleva a pensar ¿qué es lo que quiero? ¿Qué es lo que busco? 

No puedo razonar, no es cuestión de hacerlo, no debo pensarlo, no puedo. Sólo siento, vivo, me causa confusión pero me pone de buen humor. 

No tengo opciones, es esta enfermedad, me duele el estómago  y la cabeza me da vueltas, sin embargo, no hay medicina existente que me saque de tal estado, que me cure este pesar tan agradable, este sufrimiento placentero, la duda, la pasión, todo esto en una situación sin saber como describirlo, sólo avanzo y escribo sin ver mi camino. 

¿Qué sucede conmigo? 

Al parecer sabes muy bien las cosas que haces que le puede molestar a la gente, no se puede entender. En este sentimiento que me llega de pensar en ti, de aquella mirada y esas palabras "gracias, gracias por todo". Palabras que retumban en mi subconciente, palabras que deseo perduren en tus labios, que las sientas y percibas mi unión a ellas. Ojalá permanezcan eternamente en tu memoria, recordando, recordando a quién se las dijiste, en quién piensas al decirlas y por qué las dijiste.

Confío en ti, te lo he demostrado y a cambio me has otorgado tu confianza también, cosa que me anima, que me inspira y te coloca en mis memorias, se debe a esa confianza que he logrado conocerte, a quererte y añorarte, y es por aquella confianza que creíste no importarme, el aconsejar una relación que me lastima, que me tortura ver, pero ahora sabes lo que siento y lo que quisiera lograr.

Si pudiera estar contigo, quisiera darte mi cariño, ahí cuando hay peleas, cuando te sientes sola, darte un abrazo, decirte lo que siento, lo que eres para mí, qué mereces y entregarte todo. 

El problema es el siguiente, en mí sólo viste un amigo, no viste una opción, no pensaste que fuera así, por alguna razón, no llegué a tiempo, no fui suficiente, lo desconozco, tan sólo ofrezco mi mano, mi hombro y estar ahí esperanzado, buscando una señal y siendo recordado, sólo por gratitud.

lunes, 2 de marzo de 2009

Inconciencia personal


Regreso del colegio a mi hogar, lugar de supuesta paz, descanso y comprensión. Abro la puerta con temor, intranquila, intento no hacer ruido, tan sólo llegar a mi cuarto y terminar con mi día.

Sintiéndome triunfante a unos pasos de mi recámara retumba una voz familiar que vocifera detrás de mí. Sólo escucho injurias y juicios lastimeros, veneno a mí ser, veneno a mi mente, me intento abstraer de todo eso, alejarme de las ofensas y no hacerles caso. Huyo, me alejo de aquello y me encierro en mis aposentos. No debo escuchar, sólo debo ignorar, seguir, esperar…

Las ofensas vuelven através de mi imaginación, me gritan y destruyen, me lastiman y acaban por absorberme, a liquidarme. Escucho esto todos los días, nunca falta, jamás muere y siempre me acecha, comienzo a aceptarlo, empiezo a creerlo, está en todos lados, no puedo escapar, aquella presencia me daña y yo no hago nada, no puedo, no me creo capaz, me siento inútil. He intentado cambiar, convencerme de que estoy mejor, que puedo contra el juicio y que no me afectará, pero encuentra un detalle y se abalanza sobre él, sería mi altura, mi cara, no importa, está mal, feo y grotesco.

Busco confianza, seguridad o alguna salvación, la soledad está sobre mi hombro y se burla de mí y no me da descanso ni respiro, sólo frustración.

Siguiendo con mi vida me pongo a dudar, ¿valdrá esto la pena o debería terminarlo? Escucho otra voz, ésta es calma y amable, me ruega por paciencia, me pide soportar y me jura que esto se va a terminar. Soy inconciente de mi persona, no conozco amor y pierdo la conciencia, pierdo el saber, el conocerme. Vuelvo a escuchar la voz amable, aquella me reinventa, me dice una mentira, una hermosa mentira, ¿será una mentira?, ¿no seré yo la engañada? Recuerdo la primera voz, la familiar y hostil, aquella que me hiere y la decido confrontar, creer en aquel que me recordó quien era, el que remarcó lo que soy, lo que ya había olvidado.

He salido de mi inconciencia personal, he dejado atrás las mentiras lastimeras y comienzo aceptar lo que mi aliado dice, estoy bien, ya me conozco, creo en mí y confío en él, aquel que quiso ayudarme y me dio lo que necesitaba, un poco de seguridad y un apoyo incondicional.

Confronto las mentiras que gritaban en mi hogar, le recordé que me hace daño, que miente, le miente a la persona más importante para ella, le miente a sí misma… No parece reaccionar e intenta lastimarme mas, pero ya veo la verdad, ya se la realidad y me aferro para mantenerme. Se dará cuenta al rato, se disculpará conmigo después y arreglaremos esto. Ahora agradezco la confianza, la seguridad dada, se me hace rara la lealtad pero hay alguien que me acepta, me conciente y me mantiene. He salido de mi inconciencia personal para ver mi vida, acompañada, conciente y querida…


Este pasaje está dedicado a la joven MariDi.

Le agradezco la confianza y le imploro me tenga paciencia.