
Me voy a dormir con dudas, con miedo a quedar enterrado...
Lo primero que veo es un fondo negro... ¿Le puedo llamar fondo?, no veo si hay un fondo. Un techo, sí, es un techo lo que no puedo ver, sé que miro hacia arriba, acostado, ¿en qué? Un colchón, debe ser eso, el sentimiento es familiar.
Observo el frente de lo que yo, aunque no pudiera ver, consideraba una cama, es lo mismo, no veo más allá de mi nariz, no quiero estirar los brazos por miedo a encontrar algo, no se que tan lejos esté el piso y no quiero averiguarlo...
No escucho nada, no veo nada y no quiero saber nada, mis sentidos me son inútiles, no sé dónde estoy, dónde debería estar o con quién. Si pienso demasiado me va a dar dolor de cabeza. No he comido nada, esa es la razón, mi dolor físico es nulo hasta el momento pero no eh querido moverme para no saberlo. Mi dolor espirituaal es muy grave, ¿a quién lastimé?, ¿qué hice para que alguien me trajera aquí?
No recuerdo enemigos, no visualizo objetivos, ni a quién, ni a qué.
No he movido mis brazos, no he sentido mis piernas, no veo nada todavía, quizá en la mañana descubra dónde estoy. Me dispongo a esperar, no tengo nada que perder, quizá haya una ventana que no puedo ver por la oscuridad de la luna nueva que se presentaba esta noche.
¡Si!, hay una explicación para todo, no puede haber sucedido eso que estoy pensando, jaja, ¿quién lo diría? el gran von Constantine Zimmer casi llega al punto de la locura, debo levantarme y acabar este mal sueño.
Me decido levantar y me encuentro con un techo a 10 cm de mi cara, expando los brazos y hay pared a otros 10 cm... No puedo creerlo, mi respiración, ¿qué sucede?, ¿acaso es cierto?, encajonado, enterrado, sigo en vida, vida en vida, no he muerto, de ningún modo he muerto, lo sé, ¿qué hacen, por qué estoy aquí?
Grito, pataleo, golpeo... no hay respuesta. Al cabo de un rato pierdo las esperanzas de pelear, dejo de gritar y golpear, silencio, sólo hay eso. Pasó lo que yo diría fue un día completo, mas mi reloj apuntaba un minuto, dos minutos, tres... no lo soporto, se debería enterrar a la gente con una pistola para aquellos que despierten, no puedo creerlo, morir así, solo, en silencio, sin hogar, sin nadie que piense en ti.
Escucho algo sobre mí, un leve sonido a lo lejos, una voz, tan hermosa voz... Debe ser un ángel, una criatura enviada por Dios mismo para que me recoja, es voz de una dama, pero, hay algo que no concuerda, llora, mi ángel llora, no debería llorar y no sé qué está sucediendo, me preocupa estar así, desconociendo todo lo que sucede a mi alrededor y sintiéndome impotente.
Tal vez pueda animar a mi ángel mostrando mi felicidad de que venga por mi. Grito, golpeo, me emociono y muestro el gran pulmón que entrené por años para que aquél que me busca por muerto vea que estoy feliz de verle. Escucho mas cerca su voz, pero ya no son llantos, son preguntas, cada vez mas fuertes hasta hacerce gritos de desesperación y angustia.
Empiezo a escuchar golpes en mi ataúd, le están quebrando, me están liberando por fin, lloro ante la emoción de que me voy a ir con mi ángel a visitar la casa del Señor, no merezco esta vida, lastimé a los que creí amar y me han condenado, merecidamente, a esta pena tan terrible.
Veo el primer rayo de luz y cierro mis ojos, escucho su voz, siento su piel... ¿Piel? Mi ángel tiene piel, mis grandes pesares que me encierran bajo la tierra de mis pecados fueron abiertos por un mortal, pero quisiera saber qué mortal ha hecho esto.
Abro los ojos y descubro aquella persona que adoro, aquella que me apoya sin pensar y que me quiere sin chistar, la luz de mi vida que sin amarme me hace feliz.
Ya recuerdo donde estoy, la prisión de mi mente es mi final, pero me encuentro a salvo ahora, me siento estimado y veo que tengo a dónde volver, esa voz piensa en mi y donde piensan en ti es tu hogar, no importa donde estés, esos sentimientos y pensamientos te van a llegar y recordarás quién eres y por qué sigues adelante. No ha sido pesadilla, ha sido recordatorio, un recordatorio para nunca mas olvidar lo que siento, para no intentar reprimirlo.
Me ha salvado aquella que amo, me ha sacado de mi maldición interna, de mi tortura eterna que llevo en el alma, me habla y me abraza, me dice que fue una pesadilla pero sé que miente, ella sabe que el enterrarme vivo en mi mente no es una pesadilla sino un flagelo al no conocer lo que sientes y un recordatorio que te inspira a seguir, a enfretarte a ti mismo.
Ya no dudaré a irme a dormir, ya no tengo miedo, tengo un sueño y lo voy a cumplir.
Gracias Ama, quisiera dedicarte este pasaje, que, aunque confuso se que será de tu agrado.
Te quiero, no lo olvides, no enfrentes sola toda la vida, es muy pesada y necestias ayuda.
GRACIAS, DE VERDAD ME HAS DEJADO SIN PALABRAS , AGRADEZCO TU CARIÑO , TU AMISTAD Y TUS PALABRAS, TE QUIERO MUCHISIMO DE NUEVO GRACIAS....... BELLISIMO
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