martes, 10 de noviembre de 2009

Nadie me dijo cómo moriría...



Nadie me dijo cómo moriría...

Por primera vez en mi vida me abro, lo hago ante usted mi lector, le dejo mi vida a su criterio, una vida escabrosa y llena de errores. Errores que espero pueda comentar con sus seres queridos.

A mis cortos 6 años de edad, la muerte de mi padre desenterró poco a poco un sentimiento de inferioridad en mi, busqué la felicidad en parecerme lo más que pudiera y a pensar como él. Siempre me decían lo mucho que me parecía... pero, yo lo veía mejor, no importara cuánto me le pareciera... yo no me le acercaba.

Los 6 años después de su muerte fueron extraños, una madre sumida en depresión y permisiva, intentando acercarse a sus hijos sin poder conseguirlo del todo. ¿La escuela?, bueno, esa no iba por buen camino en lo absoluto. Casi no tenía amigos y me sumí en un mundo de libros extraños, mi familia no sabe lo que he leído, hasta donde llega su conocimiento sólo he leído cosas de zoología e historia. Leí psicología, muchos temas y a través de relacionarme con mis compañeros vi como lo que leía en Internet de hecho era verdad.

La manipulación se volvió costumbre y ello atrajo varias decisiones a una edad muy temprana. A los 13 años comencé a crecer, mi voz se agravó y descubrí que la gente me tenía miedo. Erróneamente en vez de aprovechar eso y hacerme de aliados, descargué toda mi furia acumulada de varios años en todos aquellos que osaran intentar dañarme. Descubrí que la mente del infante era muy frágil y lastimé a muchos... una de ellas se suicidó.

Nadie me dijo cómo moriría... pero ya me estaba haciendo la idea.

Para cuando cumplí 14 años, ya había hecho todo lo necesario para poder haber muerto, fumaba, me drogaba y tenía relaciones sexuales con aquella niña que se dejara en un ideal estúpido de que me amaba... Pero a pesar de que yo creía estar disfrutando de la vida, me doy cuenta ahora de que no hacía nada más que gritar por ayuda, ayuda que no podía conseguir fácilmente, toda esa psicología que había leído no la estaba aplicando a mí mismo. ¡Genio!

Un día conocí a un muchacho, aquél humano me molestó de de tal manera, no es que me haya hecho nada, sólo su presencia y manera de moverse me hizo detestarle, su novia por igual... Decidí intentar algo nuevo, en vez de lastimarles, ¿cómo sería volverme su confidente?

Durante 6 meses me vi planeando esto, me convertí en su amigo, conseguí su confianza, y comencé a mover piezas. Una para allá no haría mal, este chisme aquí haría mejor... logré hacer que ella desconfiara de él a tal grado, que decidió engañarlo conmigo, y luego yo fui a decirle a él, como "buen amigo" que yo era. No pudo contenerlo, y golpeó a la niña, nada serio, un bofetón nada más y a mí no me hizo nada, tan sólo me miró y me dijo con la mirada clavada en mis ojos, "No te perdono, te odio, pero te lo agradezco". Fue entonces que me volteé con ella para agacharme de frente a decirle "Esto se lo traen encima ambos, por ser tan confiados, espero aprendan la lección y ojalá el hecho de haberlos separado no les afecte mucho..."

Mi vida siguió un paso muy similar durante unos años más, pero un evento significativo para mi desarrollo quizá sea el siguiente. A mis 16 años conocí a una hermosa muchacha pelirroja de ojos verdes que caminaba con mucha gracia, sin embargo con grandes aires de grandeza. Desprecié su actitud inmediatamente y decidí que podía cambiársela, que yo podía hacer que esa mujer, joven... niña, entendiera lo que yo había pasado, no podía pensar en algo peor que mi vida y tenía que hacerle pasar por algo que se pareciera.

Comencé fácilmente, una sonrisa, un atuendo, el escucharle y estudiarle, sus movimientos, expresiones y manera de hablar, también tuve que entender al novio, tenía que ser como él, pero mejor. Todo iba según lo planeado hasta que conocí a su mejor amiga. Esta mujer comenzó a interferir demasiado, se dio cuenta de lo que yo hacía y la ayudaba a componerse. Debido a esto un plan sencillo de 4 meses se tuvo que alargar a unos 6, no me preocupaba demasiado, sin embargo me quitaba mucho tiempo. Para lograr mi objetivo tuve que juntarla con un muchacho y después hacer que pareciera que le fue infiel a su novio. Eso le quitó la confianza de su mejor amiga y terminó por decirle que no podía ni dejarla cerca de su novio por miedo a que se le fuera a "lanzar". ¡Fue grandioso!

Para mí ya no habían más obstáculos y yo fui quien la ayudó en su dolor de tener una amiga traicionera, fui yo el que estuvo para ella en todo y gracias a eso conseguí un puesto al que pocos llegaban, yo ya no era su mejor amigo, era su adjunto, a donde fuera yo, ella iba y por eso comenzaron los enfrentamientos con su pareja. A causa de eso prefirió pelearse con él en mi defensa y terminó por besarme en la cara del joven, a esto él se retiró y me dejó el paso libre.

Sus calificaciones bajaron, los lugares por donde se movía cambiaron, su ropa fue cambiando y sus hábitos también. La gente a su alrededor se preocupó y ella comenzó a mentir.

Para ella yo era todo, sentimiento que me hacía regocijarme e hinchar mi ego a tal punto que me sentía capaz de manipular lo que fuera. Ya cuando ella había decidido defender nuestra relación ante sus padres y amigos, pelearse con todos ellos al grado que casi la corren de su casa, el haberme entregado su virginidad por la simple razón de que ella me "amaba con todo su ser" y de haber desecho todas sus amistades, sin hablar de sus hábitos académicos y de salud, decidí que era tiempo de dejarla, ya me aburría, ya sólo decía que yo era su mundo y eso me provocaba náuseas.

Un día la tomé de los hombros y textualmente le dije las siguientes palabras, "¿Te das cuenta de lo tonta que eres? Ni siquiera eres capaz de saber quién te manipula para hacerte pelear con todos los que de hecho te aman, no te portaste mejor que una escoria con tus amigos y con tu novio, le fuiste infiel con una persona que sólo quería hacerte ver todo lo que tenías para que lo tiraras por la borda... y bien hecho, ya está realizado, yo no te amo, te desprecio y espero que estos 7 meses te hayan ayudado a darte cuenta de lo tonta que te viste".

No pasaron 2 semanas cuando me dijo un amigo que se había suicidado, aventada de un sexto piso y se abrió la cabeza.

Nadie me dijo cómo moriría... pero seguro no sería como quisiera, la mitad de los que me rodean han muerto, y la otra mitad me detesta... o al menos eso pensaba yo.

Pensé durante un tiempo en suicidarme, las personas que yo había querido se habían ido, y no hacía nada más que lastimar a otros, puse cuchillos en mi cuello y me llamaba cobarde por no atreverme a cortarme nunca. Pasé así 1 año entero, lastimándome más, sin poder llorar, ahogándome en mi propia miseria durante todo ese tiempo... Fue entonces que mi mejor amigo me tomó de la ropa, me levantó y comenzó a golpearme la cara repetidamente hasta que él, llorando, me dijo "Déjalo ir... te estás lastimando y todos los que te rodeamos." Esto fue un altercado completo en mi vida y provocó un cambio radical. Juré no lastimar nunca más a mis seres queridos y que no mentiría mientras estuviera consciente de mis acciones.

Conocí después de eso a una mujer, todo en ella me encantaba pero todos mis amigos me advertían, me dijeron que sólo me lastimaría. Seguí mi camino pensando que era una coincidencia y que no debía importarme, pero la moneda se dobló y el traicionado y engañado fui yo, la mujer que decidí querer se enamoró de un amigo mío y felices son ahora... pero, yo no sabía qué hacer, golpeé paredes, maldije al cielo, me desquité con todo el mundo que pude, hasta que recordé quién se había parado a mi lado.

Durante mi enamoramiento conocí a una señorita de gran educación, refinada en su manera de hablar y de movimientos agraciados. Esta dama se volvió mi amiga muy rápido, confié en ella y comenzó a atraerme, pero yo no permitía que eso sucediera. Me considero un hombre de principios y si pretendo a una mujer me dedico completamente a ella.

Cuando ocurrió el "accidente" de que la mujer que yo pretendía decidiera salir con uno de mis camaradas, la única persona que se mantuvo a mi lado ayudándome a seguir adelante fue mi amiga. Le llamaba todos los días para platicar o desahogarme, ella, pacientemente escuchaba todo y me daba consejos. Comencé a invitarla a salir y poco a poco descubrí que, lo poco que compartíamos, nos encantaba. Me deleitaba con sólo verle a los ojos, una mirada cálida y sincera. Me fascinaba verle la sonrisa pues significaba que era feliz.

No fue difícil entonces descubrir que lo que sentía antes no era un enamoramiento, era una obsesión... esto era diferente, no es que sintiera que sólo era feliz con ella, que era mi todo y que no podía vivir lejos o moriría. Sentía que simplemente la quería hacer feliz, que quería ser un mejor hombre por ella y compartir lo que ella quisiera de vida conmigo. Poco ha pasado desde el día que sentí eso, pero puedo jurar que siento que he muerto por ella, el amor me ha matado...

Nadie me dijo cómo moriría... pero nunca creí que de amor se trataría...

2 comentarios:

  1. Querido lector, quisiera aclarar que el 90 % de este pasaje es verdadero, pero por favor no crean todo, muchas partes están demasiado exageradas, y por cierto, les recomendaría para ayudar un poco el ambiente escuchar la música del video de arriba a este escrito.

    Ciao, espero disfruten de la lectura.

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  2. Me encanto!!!! Felicidades!!!

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