martes, 20 de diciembre de 2011

Sólo esta vez





La amistad entre Berenice y Carolina a existido desde hace bastante ya. Mujeres diferentes, tendencias y gustos de la misma naturaleza y un amplio deseo de más, ambiciosas...

Caro, de tes blanca y cabello oscuro, lacio en su mayor parte y quebradizo en sus caídas. Sonrisa encantadora acompañada de inocencia en su mirada. Es ella la confiada, la que siempre engañan y usan... La pobre lastimada. Su cuerpo es fácilmente admirado pues es de proporciones estupefacientes y curvas marcadas con señalizaciones de peligro; esto no evita que la joven sea maltratada o por lo menos engañada...

Bere, por otro lado, es morena, de facciones fuertes pero proporcionalmente hermosas en su rostro. A diferencia de Caro, la mirada de Bere, inmediatamente te dice que a ella no la engañas a menos que te lo permita... Confiada con precaución e inocente malvada, una de las criaturas más seductoras que han cruzado los caminos del hombre y quizá una de las más fatales. Su cuerpo es de curvas poco pronunciadas, no tan voluptuosa como su amiga pero con mayor atracción gracias a sus encantos psicológicos... Y sus maravillosas piernas también ayudan...

Estas mujeres son muy unidas y las conozco, ni bien, ni mal... Sólo las conozco y hoy, les contaré una historia, una que no presencié y ni siquiera escuché... Sólo puedo decirles que la sé, que los ojos de ambas me lo contaron y ahora se las contaré a ustedes.

Hace unos meses Caro había terminado con su novio y enamoradiza como es, cayó en las garras de un par de depredadores más y Bere, un poco impaciente, consolaba a su compañera cada vez que esto sucedía con la ingenua esperanza que no sucediera nuevamente.

Berenice, por otro lado mantenía una relación "estable" y hablo entre comillas por las reacciones inestables de dicha pareja. El muchacho que acompañaba el paso de Bere ignoraba completamente las andanzas de su pareja. Ésta, por su lado, era no enamoradiza si no fácilmente distraída por distintos seres... Nada de relevancia total en realidad.

Estas jóvenes se juntaron una tarde  a platicar sobre una que otra tontería, hubieron risas y temas serios pero siempre con la ligereza con la que las amigas manejan sus conversaciones. Fue entonces que una abrió la boca y los aires se hicieron pesados.

- Puedo besarte? -

Preguntó con gran curiosidad Carolina...

En respuesta a esto, Berenice frunció el ceño, abrió la boca y tras unos momentos, que por la tensión parecieron ser eternos... Finalmente habló.

- Por qué habrías de querer besarme? -

Berenice comenzó a pensar en diversas teorías y mientras lo hacía, sus músculos se tensaron, cruzó las piernas y mordió sus labios. Por alguna razón la idea no la molestaba, es más, estaba tentada por la sugerencia, por la pregunta de aquella mujer frente a ella. Su mirada se prendió y al hacerlo incendió todo su cuerpo...

"qué me pasa? Qué estoy haciendo?"

Pensó la pobre bastante confundida... Ya habían pasado 2 segundos desde su respuesta.

- Porque recientemente me he sentido confundida y sólo quiero confirmarlo... Creo que me gustas Bere y quiero besarte. -

Por alguna razón esta respuesta sólo intensificó esos deseos que únicamente ella conocía internamente.

Llegaron a su cabeza un millar de pensamientos entre los cuales estaba la disyuntiva de aceptar o declinar dicho ofrecimiento, la mente le daba vueltas, las ideas llegaban y como tal eran desechadas hasta que llegó un impulso, un impulso que tan sólo pudo obedecer, sin saber qué hacer se permitió no pensar y solamente actuar...

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9... Diez segundos...

Sus labios estuvieron juntos durante esos segundos, se acariciaron y cada pequeña grieta se llenó con la boca ajena hasta que con pasión y ternura, Berenice introdujo su lengua en la boca de Caro, causando así estremecimiento en todos sus cuerpos, ambos pidiendo más que los segundos ahora contados, tan sólo son segundos, pero aquel que haya vivido momentos con tanta pasión sabe que son eternos y a la vez se nos acaban en demasiado poco tiempo.

Se separaron, las miradas se encontraron y con bocas abiertas y deseosas, con miradas lujuriosas, Caro rompió el silencio.

- Te gustó? -

Bere pensó por un segundo y con resolución dijo mientras asentía con la cabeza.

- Me gustó...  Pero sólo esta vez ok?-

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