martes, 20 de diciembre de 2011

El otro

El otro

La noche empieza con el anuncio del búho y el canto del lobo... Otra noche más.

A un lado de mi, la mujer, la mujer que me ha cambiado la vida y que siempre buscaré hacer mía. Su piel es tersa y mulata, los labios son carnosos pero delgados; bellísimos labios! Su cabello danza en el aire al caminar adornando así su paso con el maravilloso olor de su ser... Y el roce con su cuerpo, oh! Cómo no añorarlo? 

Sufro al verla, sufro al sentirla pero no hay mayor goce en esta maldita vida... Que escucharla llamar mi nombre al aire.  

Es esta mujer la que me ha convencido, es ella quién me ha conmovido y es por ella que he decidido estar en las sombras... Pues mi mujer, se debe a alguien más.

A un lado de mi, la mujer...

No es su lugar, no debe estar y yo debería ser el primero en quitarle, pero no puedo controlar este deseo y fascinación a su ser. 

Oh flamantes espíritus! Oh sempiternos gemidos! Díganme qué debo hacer en este momento aciago!

La destruyo? NO!! 
La poseo? Cómo podría no quererlo? Es mi sueño, es mi calma y deseo. Si acaso tuviera una vida, sería de ella... Pero no debo moverme sin pensar.

Quizá?... Tal vez pueda!... Si, debería deshacerme del problema debería mat... 

Ella despierta, se me ha ido la noche. 

Le veo los ojos a mi sueño y las ideas desvanecen, cafés, profundos y sinceros... Sé que me querrán como se supone que lo hagan... Debo ser paciente, sólo seré el otro...

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